Libros de Lauren Henderson

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Autor: www.intercambiosvirtuales.org

Temática: General

Descripción: Página6 1 Muchísimos peces en el mar Traducido por katiliz94 Corregido por Pily Estoy mirando un retrato de una mujer joven, colgado en la pared de una galería de arte. Y me está inundando el más extraño tipo de déjà vu, un mareo que está haciendo girar un poco mi cabeza. Puedo ver mi propio reflejo en el cristal, encima del de ella, y me está recordando, de repente, la última vez que me vi en un retrato de marco dorado. O como mi aventura de verano en Italia comenzó. Estoy en Italia, una calurosa tarde de Julio, agradecida por las gruesas paredes de piedra del museo de arte Siena, enfriando el aire. Y el motivo por el que estoy en este país es que hace unos meses, de regreso a casa en Londres, en otro museo, vi otra pintura —de una chica que se parece a mí que me hizo sentir algo, por lo que me había preguntado la mayor parte de mi vida, que podría ser verdad después de todo. Ese retrato me envió a una playa para averiguar que posiblemente podía haber tenido una gemela en el siglo dieciocho en Italia. Gracias a dios, este cuadro no se parecía en nada a mí. Más lo opuesto, de hecho. La chica, o una mujer joven, es pálida, con una nariz larga que parece seguir justo por debajo de sus altas, extremamente punteadas, aladas cejas. Hay un sonrojo en sus mejillas, y sus labios son de un rosa oscuro, presionados firmemente juntos, situados con determinación, la misma determinación que viene claramente en el firme sobresaliente de su barbilla. Y cuando miras abajo, al bebé que está sosteniendo en sus brazos, entiendes porque parece tan resuelta. Porque no es un bebé cualquiera; es Jesús. —Me gusta ella —digo en voz baja a Kelly, quien está a mi lado.

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Autor: COMPAQ

Temática: General

Descripción: lauren henderson flirting in ITALIAN Eyes Of Angels DreamBook Side Página6 Prólogo Traducido por Beautifuliarx. Corregido por alee Foster Londres. a fotografía delante de mí es como un imán, atrayéndome más y más, hasta que mi hombro está muy cerca del antiquísimo marco curvado de oro. Es como mirar a un espejo, y me tiene embrujada. No puedo mirar a otro lado más que a mi propio reflejo. Ojos oscuros, con un poco de inclinación en las esquinas que mi madre llama forma de almendra. Un pelo tan oscuro como mis ojos, ondulado, encrespado y salvaje cuando hay humedad. Una piel que se pone amarillenta cuando es invierno, necesitando el sol para calentarla, llevándola a un tono oro palo. Una pequeña y curvilínea figura con poco pecho, que se hacía incluso más pequeña en la imagen del espejo por un corsé mucho más pequeño de lo que yo jamás usaría. Estoy rebosante. En este espejo encantado, me veo realmente bonita. Mi pelo está amarrado en mi cabeza, lo que me hace lucir más alta, y está decorado con pequeñas perlas blancas, las cuales resaltan en contraposición con la masa oscura cuidadosamente recogida de rizos. Hay un colgante de perlas alrededor de mi cuello, hermoso y delicado, y el corte cuadrado de mi vestido color turquesa está adornado con encajes que se sienten tan suaves como la misma gasa. Parece como si tuviera pecas en mi mejilla, y me inclino, tratando de ver si es realmente una peca o simplemente una mancha en el espejo… — ¡Señorita! ¡Señorita! ¡No puede tocar los cuadros! —brama la guardia. Yo pego un brinco, saliendo fuera de mis pensamientos. Había olvidado que estaba en una galería de arte con otra gente alrededor. La guardia de seguridad es una mujer joven, y ella me está agarrando por el hombro, indicándome de que debo alejarme del cuadro, del cual estoy tan cerca que mi nariz está tocando el cristal. L

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